von Gaia » 20 Jun 2012, 20:53
Cuando fui la primera vez a Alemania, me asombré de la perfección y tranquilidad del país, pero al mismo tiempo del inconformismo y las caras largas que mantienen todo el tiempo muchas personas.
Ahora creo que no es el dinero.
Después de conocer más a fondo a los alemanes, entendí algunas cosas, la cultura alemana es critica y perfeccionista, el principal valor que evaluan de las demás personas es la puntualidad, luego siguen otras cosas como la integralidad, concentración, organización y todas las demás que giran alrededor del trabajo, entonces, la vida se convierte como en un trabajo más y cada uno de los movimientos queda agendado y se cumple a cabalidad: cada día levantarse, bañarse, desayunar a la misma hora, ir al trabajo, volver a casa, cenar, ver las noticias para confirmar el clima del día siguiente, cumplir con la cita que tiene programada cada año con el mismo amigo en el mismo lugar de siempre.
Así, muchos alemanes no logran procesar una pequeña modificación de la agenda (como windows ctrl+alt+supr), no soportan una invitación a un café a una hora que no acostumbran, su almuerzo debe estar servido a la hora en punto a la que comen, no pueden modificar el día o la hora de la cita con su amigo o he visto casos extremos donde no reciben la visita de sus familiares porque no les avisaron con un año de anticipación, me parece muy triste (afortunadamente mi nueva familia alemana no va a los extremos).
Pienso en los lugares en latinoamérica y veo todo tan diferente, aquí prima la impuntualidad (¡que vergüenza!), sin embargo, la persona como tal, es muy importante y el nucleo familiar continua siendo la base de la sociedad (al menos dentro del mundo que he vivido siempre), padres, abuelos, hermanos, ahora esposo son lo más importante en la vida, Colombia tiene mucha comida, por lo que quienes no comen es porque no lo quieren hacer en muchos de los casos; las familias aún buscan vivir cerca, trabajar cerca y verse continuamente y apoyarse. Los amigos están en segundo plano, sin embargo, salen y cambian el plan para no ser "cuadrados" o aburridos; cada etapa se intenta vivir al máximo para no sentir que el tiempo se ha perdido o que faltó algo por hacer, lo cual conlleva a mucha desorganización, muchas veces por complacer a todo el mundo y asistir a todas las invitaciones, pues una fiesta se arma sin una celebración especial, claro el trabajo queda por debajo de la rumba para muchas personas.
En conclusión, no puedo juzgar ninguna de las dos partes a fondo, pues al verlo de esa manera los alemanes se ven como una maquina programada y los colombianos como caóticos. Es por esto que este alto índice de felicidad se debe analizar, pues muchas veces viene contrastado por un cúmulo de tristezas y sinsabores; pienso que un punto intermedio en donde la programación o el facilismo no son extremos puede ser el nivel de felicidad ideal para ser medido, tal vez no existe, no sé.
Lo que si puedo decir es que los colombianos históricamente no hemos tenido que preocuparnos por invierno frío, almacenar alimentos para los meses posteriores o programar vestimenta para la próxima estación, además, la educación tampoco lo exige en todos los niveles, crecemos pensando que lo único puntual es la misa católica y el resto de citas nos da un tiempo de holgura para entrar sin contratiempos, siempre hay una solución.
Todas estas cosas exoticas de cada uno de los pueblos es lo que nos hace parecer exitantes o irritantes a unos a otros, así, muchas veces uniéndonos logramos encontrar la armonía y el complemento deseados.